Locutorio de una vida

     El País ha crecido. El crecimiento económico lo ha convertido en un núcleo receptor de inmigrantes, cuando antes era un país de emigrantes. Tanto en la ciudad más grande como en el pueblo más pequeño, personas de todo el mundo trabajan para mejorar su vida y la de los suyos.

El país de acogida forma parte de su vida diaria. Pero nunca olvidarán sus orígenes. Han dejado lejos momentos buenos y malos y muchas veces, a su familia más cercana.

El teléfono es mucho más que un medio de comunicación. Es su forma de mantener el contacto con los suyos. Los locutorios, que ofrecen llamadas a un precio reducido, son parte de su cotidianidad. Es el espacio donde conocen las alegrías y las miserias de sus familiares y donde comparten sus experiencias. Pero no sólo con los que viven al otro lado del océano, sino con el que se sienta al lado y espera para llamar.

El locutorio es un lugar de mezcla de culturas, de lenguas, de mestizaje, donde las emociones son intensas, tanto las buenas como las malas y donde acaban por sentirse en casa.

   

Porque su casa está allí mismo... al otro lado de un hilo telefónico.

 

 

   Texto: Mònica Galindo